Técnicas de cerámica

LAS MIL CARAS DEL RAKÚ  ( 06/10/2015 ) El rakú ruso gracias a Elena e Igor Tavolzhansky aporta una variable con el uso de la leche y la harina común, para reducir las piezas durante la cocción o en la poscocción típica del rakú. Si hay una técnica popular en la cerámica, pensemos en el rakú y acertaremos, otros hablarían del rakú como de una celebridad, esta enorme presencia se debe a lo espectacular de sacar una pieza del horno al rojo vivo y si es el rakú occidental hacer una llameante reducción. En los últimos años se ha diversificado tanto el rakú que cuesta reconocerlo desde la visión tradicional japonesa, concretamente el rakú de la familia que lleva su nombre. Últimamente las variantes del rakú mas populares son: rakú desnudo (pág. 90, núm. 58, David Roberts y pág. 75, núm. 130 de Simcha Even Chen), rakú con pelo de caballo, raku cobre mate (pág. 36, núm.109), rakú con cable de cobre de Mark Gordon(pág. 91, núm. 99), rakú con craquelado de cocodrilo, rakú con papel de aluminio (pág. 37, núm. 112), rakú con plumas, rakú de pit firing, rakú con torching, rakú con paperclay, rakú con sales, fuming, microondas (pág. 36, núm. 107), reservas y mil cosas más. Ahora se ha incorporado una técnica de reducción con leche, que se inspira en una técnica tradicional rusa llamada “molotsjenie” que servía para que la cerámica resistiera mejor al paso del agua y ahora Elena e Igor Tavolzhansky de Irkutsk (Rusia) utilizan la técnica de sumergir o verter con leche las piezas bizcochadas y a ser posible bruñidas, para después cocerlas en un horno eléctrico a 340ºC, las piezas aparecen con las típicas texturas de una reducción en rakú o en pit firing. Además Elena e Igor también trabajan con la técnica del rakú ruso que consiste en usar harina en la proporción de 150 gramos por cada litro de agua, las piezas bizcochadas se cuecen como el rakú normal, al sacarlos se sumergen brevemente en la mezcla de harina y agua y se sumergen en un cubo metálico con agua para fijar las texturas, se prefieren los colores claros de barro y un buen bruñido, también ayuda un cierto pulido y cubrir las piezas con cera después de cocer. Las variables son interesantes: verter leche por secciones o hacer una reducción en el interior de las piezas quemando materia orgánica, viruta, serrín, estopa o esparto. Más detalles en el libro Rakuvaria 3 (www.rakuvaria.com). A partir de aquí se puede investigar en rakú con casi cualquier cosa. (Véase foto 3, pág. 84; foto 2, pág. 85; foto 1, pág. 86.) Antonio Vivas Fotos, de arriba hacia abajo: David Roberts. Rakú desnudo, 48 × 48 × 24 cm. Mark Gordon. Rakú con hilos de cobre. Simcha Even Chen. Rakú desnudo.