Cerámica y ceramistas

LUT LALEMAN  ( 02/07/2018 ) Es sorprendente que la cerámica de Lut Laleman (1958) pueda producir efectos visuales tan sorprendentes cuando se proyecta una sombra de un cuenco con misteriosos puntos o focos de luz producidas por una precisa construcción manual de finas capas de porcelana en blanco y negro, una vez más la magia de la porcelana traslucida. Laleman afirma “Mi cerámica ha tenido un evolución enorme en un periodo de tiempo muy corto”, es una hechura manual de gran precisión, el uso del color es sobrio, ciertamente restringido, muchas veces al blanco y negro. Contrasta los colores alternándolos con precisión en la laboriosa hechura que demanda la porcelana, ya sea un hilo grueso o un rollo fino de porcelana en blanco y negro, la porcelana blanca contrasta con el negro y una vez se ha convertido en porcelana traslucida proyecta luces y sombras sobre el exterior de las piezas. En realidad es una forma de tejer porcelana que hace que la gente quiera cobijar y acariciar las piezas entre las manos. En la obra de esta ceramista belga la luz significa evanescencia y traslucidez, unas formas a punto de echar a volar. En las obras más binarias, mediante el uso de dos elementos como protagonistas, el contraste viene de blancos y negros opuestos, unas piezas blancas con líneas intermitentes en negro y al revés en la otra pieza que interactúa, creando un aura misterioso. Más recientemente en sus platos huecos de expresión y desarrollo más horizontal, vemos una complicada hechura manual de doble capa, por tanto estas piezas no son traslucidas, pero cuentan con microscópicos puntos que son la esencia misma de la construcción de la pieza, que nos recuerda, dada su precisión a un desarrollo matemático de formas, la complejidad de la ejecución y el tamaño de las piezas requieren mucha paciencia y precisión, trabajando con cerámica cada manipulación tiene que hacerse en el preciso momento. La técnica no se usa solo para crear formas, el ritmo más o menos matemático de los diseños se han convertido en el concepto mismo de la obra cerámica de Lut Laleman. La variedad de forma van desde platos con bordes verticales que contrastan decoraciones mediante aproximaciones, ya sea con semicircunferencias enfrentadas, o formas que crean espacios compartidos, una vez más en blanco y negro, que recuerda aquella magia fotográfica en blanco y negro del gran Ansel Adams, los cuencos mas horizontales o bien los más verticales pueden tener esferas de barro en claro contraste o decorar la parte superior para mantener la atención del espectador, tal como veíamos en números anteriores de esta Revista: pág. 5, núm. 91; pág. 20, núm. 109 y pág. 4, núm. 119. Antonio Vivas Fotos: Piezas de Lut Laleman, entre 13 y 14 centímetros.